miércoles, 27 de noviembre de 2013

Fin del huerto de temporada

Bueno, como todo empieza...acaba. Aunque este domingo (24 de Noviembre) he seguido recogiendo pimientos y berenjenas. Estoy muy contento con el resultado obtenido. Ha sido un verano de mucha cosecha y de muy buena calidad. Aunque permitirme deciros, ha sido de las más largas y abundantes. En ocasiones, hemos recogido pimientos y tomates, hasta bien entrado octubre, pero nunca hasta casi diciembre. No obstante, hemos tenido con las abundantes lluvias de la primavera,  invasión de hormigas, que a su vez nos han traído una plaga de pulgón muy molesto. Podíamos haber contraatacado, pero hemos preferido combatirlos con armamento natural, que poco ha hecho. En casa tenemos perro y gato, y no hemos querido arriesgarnos a una intoxicación. El próximo año, vallaremos la huerta y eso será otra cosa.


Sin duda alguna, las berenjenas y los tomates, han sido las estrellas de este año. Así se ha notado en los platos que he preparado. Llegué a medir plantas de berenjenas de 150 cm, con tallos anchisimos, muy lógico, tenían que soportar mucho peso. En cuanto a los tomates, y creo que hay alguna foto publicada, que llegué a contar hasta 15 tomates en una sola mata, creerme, todos maduraron, varias veces tuve que apuntalar las matas.


Los pimientos también han sido de categoría, pero fueron los más afectados por el pulgón, aunque han seguido dando más frutos, y su sabor seguía inigualable.


Los calabacines fueron escasos, y no se porqué, esta zona es de ello y de gran tamaño, no se puede tener de todo. Los pepinos, muchos y riquísimos, pero acabaron también pronto. Melones, tuvimos unos pocos y muy dulces, pero planté pocas matas.

En fin, creo que ha estado bien la cosecha de este verano-otoño, se han preparado muchos y variados platos, pero sobre todo hay que decir, que el sabor de esto manjares recién cogidos, vale la pena del trabajo realizado. Ha sido bastante laborioso, pero todo cansancio se olvida al recoger estas joyas y llevarlas a la cocina.


Espero que hayáis disfrutado, igual que lo he hecho yo. Para este invierno, proponeros una nueva cosecha, espero que sea igual o mejor que la anterior.

Un saludo

jueves, 21 de noviembre de 2013

¡Una de callos!

Tenemos el frío metido en los huesos. ¿No decíamos que el buen tiempo estaba durando mucho?...¡pues toma frío!
Nevando en muchas partes del país, seguro que apetecerá esta receta que os voy a proponer. Muy típica de la gastronomía madrileña y un manjar en la mesa.
Hoy ¡una de callos!
Los callos, elaborados con la tripa de la ternera o vaca, y acompañados de morcilla y chorizo, son una de las raciones y tapas más típicas de Madrid.


Ingredientes para 4 personas (y para el día siguiente):

2 kg de callos
1/2  pata de cerdo
Un trozo de morro de cerdo
1 morcilla 
1 chorizo
1 punta de jamón
2 guindillas
1 cebolla
Tomate frito
Harina
Sal y aceite de oliva

Como habéis notado, el plato no sólo lleva callos, en mi caso, me gusta también echarle un poco de pata de cerdo y morro, también se podría añadir un poco de oreja, eso va en gustos.
La razón está clara, con todo ello crearemos una salsa más espesa y apetitosa con la gelatina que soltará, tanto la pata como el morro. Además sería muy aburrido sólo con ellos.

Primero y principal, es limpiar correctamente los callos, aunque estos vengan limpios, es aconsejable lavarlos bajo el grifo muy bien.

En la olla exprés, pondremos los callos, la pata, el morro la morcilla, el chorizo y la punta de jamón. Se añade agua hasta cubrir y se agrega la sal. Tapamos y cocemos durante 30 minutos a fuego medio.
Pasado el tiempo, retiramos del fuego, destapamos la olla después de enfriar y retiramos parte del caldo obtenido, un vaso y medio aproximadamente. Ahora ponemos la misma cantidad que hemos retirado, de agua. De esta manera, no resultará tan fuerte el sabor.
Volvemos a poner al fuego nuestros callos y cocemos sin tapar a fuego lento.

Mientras tanto, en una sartén, sofreímos la cebolla muy picada. Cuando comience a dorar, añadimos una cucharada de harina y seguidamente el tomate frito, unos 120 g. Removemos todo bien. Finalmente añadimos las guindillas.
Añadimos el sofrito a la olla que seguirá cociendo, otros 10 minutos más. Removemos de vez en cuando para que no se nos peguen.

Ya tenemos listos nuestros callos. Un plato con fuerza y muy típico en estas épocas de frío.

Espero que lo disfrutéis.

¡Cuidado también esta vez con el pan!

jueves, 14 de noviembre de 2013

Tortitas con miel y nata

Cada vez anochece antes, y parece que los días se acortan. ¡Que triste! cuando a las seis de la tarde, ya está oscureciendo, el invierno se nos echa encima.
Pero para esas largas tardes no hay mejor idea, que una suculenta merienda-cena, y en mi opinión, unas buenas tortitas...son la solución. ¡Mira, sin haberlo pensado, me ha salido un pareado!
No compraremos ningún preparado especial, para realizar este típico plato americano. Tenemos todo lo que se necesita.


Ingredientes para 4 personas:

250 g de harina (2 vasos)
400 ml de leche (2 vasos)
2 huevos
1 sobre de levadura Royal
1 cucharadita de azúcar avainillado
Aceite
Nata
Miel

Pues parece que os va interesando la idea... es muy sencilla. Veréis.

En un bol o vaso para la batidora, vamos a añadir todos los ingredientes. 
Atención, un consejo. Al poner los dos vasos de harina, si queremos que las tortitas sean un poco más densas, consistentes, añadiremos un poco más de harina, que de leche. Pero con estas cantidades, sale un buen número de unidades,  si no las preparamos muy grandes.
Listo todo, batimos hasta conseguir una crema homogénea, sin grumos. Cuanto mejor lo mezclemos todo, más suaves y ricas quedarán.

A continuación, pondremos a calentar la sartén o plancha elegida. Aquí es donde tenemos muchas posibilidades. En las tiendas, existen utensilios para medir y ayudarnos a poner la cantidad de crema necesaria para cada tortita, planchas especiales diseñadas con la medida exacta, etc. Pero no hace falta llegar a ese extremo, con una sartén pequeña, de la medida que elijamos, unos 12 cm, nos vendrá bien y tendremos siempre la misma medida.

Caliente la sartén elegida, ponemos un poco de aceite para que no se nos peguen las tortitas. Con una brocha o similar, será suficiente. Si no tenemos nada de esto, un buen truco para no pasarnos con el aceite, es cortar un trozo de patata cruda y pincharla con un tenedor, vendrá al pelo para mojar en aceite y cubrir la sartén con una fina capa sin pasarnos.


Ponemos la crema y vuelta a vuelta, esperamos a que queden doradas. Para finalizar y rematar nuestra merienda-cena, ponemos miel y nata de acompañamiento. 

Seguro que estas tardes tan largas, no serán lo mismo.

¡Espero que disfrutéis!

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Pimientos rellenos asados

Aunque los pimientos que voy a utilizar, no son de la huerta de "El tiempo a bocados"...ya me gustaría, son de la misma zona, ideales para este asado especial. Es un plato magnífico para estos días revueltos, que nos hacen recordar, que pronto llegará el frío invierno.
Pero tranquilos, que estaremos aquí calentitos y bien alimentados.


Ingredientes para 4 o más personas:

4 pimientos rojos grandes
500 g de carne de ternera picada
Jamón serrano
2 cebollas
Ajos
Queso crema
Maicena
Leche
Pimienta negra molida
Sal y aceite de oliva

En una sartén grande con aceite de oliva caliente, sofreímos la carne picada que hemos salpimentado con anterioridad. Añadimos también, una cebolla picada y unos dientes de ajo muy picados, para que todo vaya tomando sabor. Con una cuchara de palo, desmenuzamos bien la carne, para que quede totalmente suelta.
Cuando la tengamos casi lista, añadimos un poco de jamón serrano.
Las cantidades de carne, siempre van un poco en gustos. Si se prefiere un pimiento más relleno (macizo) es recomendable un poco más de carne, pero si queremos un sabor más a pimiento, pues ponemos un poco menos, lógico. Igual ocurre con el jamón serrano.


Atención, un consejo.  Para conseguir un relleno más consistente, disolvemos en un poco de leche, una cucharada sopera de maicena, removemos bien e incorporamos a la carne, removemos otro poco y retiramos del fuego.

Listo el relleno, limpiamos los pimientos, recortamos los tallos y quitamos esas pepitas tan molestas. Con una cuchara, comenzamos a rellenar. Comprobaréis que es más fácil con el relleno ligado.
Podemos utilizar unos palillos para fijar mejor el tallo del pimiento, de esta manera, al asarlo no se saldrá el relleno.


Terminado el montaje de los pimientos, los colocamos en la bandeja del horno, con el fondo cubierto con papel antiadherente, así no se nos pegarán a la placa y será más sencillo manejarlos. Ponemos también una cebolla pelada y cortada por la mitad, que asaremos a la vez.

Añadir un poco de sal y un buen chorro de aceite por encima. Para el fondo es conveniente incluir un vaso de agua y vino blanco a partes iguales. Vigilar que siempre tengamos caldo en la bandeja.

Horneamos a 180º C durante unos 45 minutos aproximadamente, pero mejor es que vosotros controléis más de cerca el horneado.
A mi me gusta que el pimiento quede algo más duro, que no se deshaga al cogerlo.

Para terminar, en un vaso de batidora, trituramos la cebolla que sacamos del horno, junto con el caldo resultante. Añadimos una cucharada de queso crema u otro que tengamos a mano. Obtendremos una salsa espesa que será el mejor complemento.


Colocamos la salsa en el fondo del plato y presentamos los pimientos.

Un plato delicioso y relleno.